San Jerónimo Penitente de Alonso Berruguete: Una Joya Escultórica del Renacimiento Español
En primer lugar, hay que destacar que se trata de una obra emblemática de Alonso Berruguete que muestra su habilidad para combinar el realismo con la espiritualidad.
En la capilla de la Virgen de la Consolación, ubicada en la iglesia de Santa María la Real de Nieva, se encuentra una obra excepcional: el San Jerónimo penitente, atribuido al renombrado escultor español Alonso Berruguete. Esta obra, clasificada como tal por Pérez Villanueva en 1935, ha sido objeto de admiración y estudio por parte de expertos en el arte renacentista español.
La escultura de San Jerónimo penitente es una representación conmovedora del santo, conocido por su vida de penitencia y su dedicación a la meditación y la escritura. La obra muestra a un Jerónimo esculpido con rasgos descarnados y llenos de fuerza interior y movimiento, en contacto con la sensibilidad del universo italiano del que Berruguete procedía. La posición de las piernas y el tratamiento de la cabeza y los harapos del ropaje reflejan el modo de entender la expresión de la figura humana por parte del maestro.
El tratamiento formal de la escultura, con una talla excavada de la anatomía y elementos naturalistas cercanos a los utilizados en otras obras de Berruguete, revela el sello ineludible del artista. La policromía, compuesta en su polifacético taller, ilumina la creación con un cromatismo especial, realzando la belleza y la expresividad de la obra.
El contexto en el que se encuentra la escultura ha suscitado interesantes hipótesis sobre su origen y significado. Formando parte de un retablo escultórico cuyas demás piezas no pueden identificarse con la obra de Berruguete, se ha especulado que la obra pudo haber llegado allí desde el monasterio jerónimo de la Mejorada de Olmedo, para el cual Berruguete realizaba el retablo mayor en 1523.
Sin embargo, el descubrimiento de la fundación de la capilla, la escasa documentación conservada y la figura del comitente han llevado a reconsiderar esta teoría. El patronato de la capilla de la Consolación fue adquirido en 1539 por Jerónimo de Virués y su esposa Catalina del Campo, vecinos de Valladolid. La presencia destacada de San Jerónimo en el retablo y su papel como santo patrón del fundador sugieren que la escultura pudo haber sido un encargo personal del comitente para incorporarse al conjunto.
Los lazos existentes entre Jerónimo de Virués y Berruguete, así como con otros personajes influyentes de la época, refuerzan la posibilidad de que la obra fuera un encargo directo del comitente. Jerónimo de Virués, un ferviente admirador de Erasmo y figura destacada en la corte, tenía conexiones tanto en Valladolid como en la Chancillería, lo que respalda la teoría de un encargo personal a Berruguete.
En conclusión, el San Jerónimo penitente de Alonso Berruguete es una obra maestra del Renacimiento español que combina la devoción religiosa con la excelencia artística. Su expresividad y su historia fascinante lo convierten en un tesoro del patrimonio cultural español, digno de admiración y estudio por parte de las generaciones venideras.