El coro de la Catedral de Toledo

El Coro de la catedral de Toledo: Es un espacio destinado a los miembros del clero para llevar a cabo las liturgias y servicios religiosos. Está ubicado en la nave central de la catedral, frente al presbiterio y separado de éste por la nave del crucero. El coro está compuesto por sillerías, tanto alta como baja, donde se ubicaban los distintos estamentos del clero durante las celebraciones.

El Coro de la catedral de Toledo alberga un legado artístico invaluable, siendo las sillerías uno de sus aspectos más destacados. La sillería alta, una obra maestra de la escultura renacentista, es fruto del trabajo conjunto de dos grandes artistas: Felipe de Borgoña, también conocido como Felipe Vigarny, y Alonso Berruguete.

Alonso Berruguete, reconocido por su habilidad en la talla de la madera y su innovador enfoque artístico, se encargó de labrar la sillería del coro bajo y la silla episcopal, además de contribuir al cuerpo superior con figuras en alabastro. Su participación en la sillería del coro alto, situada en el lado de la Epístola, representa un hito en su carrera. Aunque inicialmente la silla episcopal fue asignada a Vigarny, la muerte de este último condujo a Berruguete a asumir la responsabilidad de esculpir esta importante pieza.

La sillería del coro alto, concebida bajo la supervisión del cardenal Tavera y completada en 1543, refleja la genialidad de Berruguete. La disposición arquitectónica, compuesta por arcos y columnas de mármol rojo, sirve como escenario para las intricadas tallas en madera de nogal. Berruguete desplegó su virtuosismo en los detalles, destacando los plegados sinuosos de los paños y la expresión psicológica de los rostros de los personajes. Cada figura, desde la evocativa representación de Eva hasta las esculturas en alabastro que adornan las hornacinas, refleja su profunda comprensión de la anatomía y la emotividad humana.

Además de su labor en las sillerías, Berruguete dejó su huella en el Coro de la catedral de Toledo con otras obras destacadas, como el grupo escultórico de la Transfiguración, realizado en alabastro y finalizado en 1548. Esta obra, situada sobre la silla arzobispal, prefigura el estilo barroco con su disposición escenográfica y la profundidad de sus figuras. La maestría técnica de Berruguete se evidencia en la representación del Padre Eterno en un medallón dorado, así como en los expresivos detalles de los apóstoles y los animales.

El legado de Alonso Berruguete en el Coro de la catedral de Toledo perdura como testimonio de su genio artístico y su contribución al patrimonio cultural español. Su habilidad para fusionar elementos renacentistas con la tradición gótica lo consagra como uno de los escultores más influyentes de su tiempo.